La obra es una adaptación de Suzanne Lebeau (El ruido de los huesos que crujen) en la que, nada más entrar, el público ya está sumergido en una auténtica atmósfera escénica, casi en 3D, llena de emociones. Este teatro de inmersión produce vivir la historia en primera persona, ya que el público -sentado alrededor en círculo- siente que está formando parte de este espectáculo escénico, pues los actores interactúan con ellos de manera física y real en constante movimiento.
Los personajes centrales de la obra, Elikia y Joseph (Sara y Javier Fábrega), son dos pequeños secuestrados y llevados a un campamento para convertirlos en niños-soldados. La desesperación de Joseph por escapar de aquel lugar a toda costa es vivida y sentida por el público durante toda la obra, en donde se puede apreciar alguna que otra lágrima, tensión y opresión en algunos momentos. A todo ésto hay que añadir, también, los espectaculares efectos de sonido que envuelven a los espectadores en los más angustiosos sentimientos, deseando que los protagonistas acaben con su sufrimiento.
Sin duda, una gran obra que os
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