Siempre hay una situación en la que los personajes de los cuentos sienten que no pueden seguir; que no pueden continuar y cumplir su destino.
Pero entonces, algo o alquien aparece para darles ese empujón y ayudarles en su misión.
Ojalá la vida real fuera una novela.
-Si no puedes con el enemigo, únete a él.
-¡Ni pensarlo! Nunca me van a gustar las matemáticas.
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